Se acerca el fin del año y no sólo las empresas deben hacer un balance donde vayan cuadrando sus cuentas, sepan que les va quedando pendiente y como les fue en su gestión económica.
En estos tiempos donde todo es virtual, en tiempo real, en línea, globalizado e interconectado, se vuelve necesario que dejemos un momento a un lado la tecnología y pensemos en nosotros. Que pensemos dónde estamos y hacia donde vamos, qué tenemos pendiente y que hemos completado; hacer un balance de gestión de nuestro caminar este año.
Muchas veces estamos tan preocupados por llegar y cumplir objetivos que no apreciamos el camino, no apreciamos la belleza de las flores y sí pisamos alguna en nuestro rápido transitar.
La frase «¡el año se ha pasado volando!» describe claramente esta situación. Existimos pero no vivimos, vamos pero no estamos, miramos pero no vemos, oímos pero no escuchamos.
No estamos viviendo nuestra vida, sólo la estamos pasando.
Por eso se vuelve importante aplicar algunos conceptos contables a nuestra empresa personal que se llama vida: He ganado amigos, he perdido oportunidades, en qué he invertido mi tiempo, he gastado muchas energías en cosas intrascendentes, termino el año en rojo o en azul.
Hagamos un balance personal para ver cómo cerramos el año. Lo que sí debe quedar claro, es que no estamos totalmente quebrados: tenemos el otro año para revertir la situación de nuestra “empresa” llamada vida.
Recuerda en tu Balance de fin de año, algunas cosas ajustar
para que el nuevo año que empiezas, tus metas puedas lograr