El tiempo, siempre ha sido una gran preocupación a través de todos los tiempos, por ello durante la historia de la humanidad se le ha asignado un valor importante. Ha sido el motivador de los avances tecnológicos que hoy gozamos, siempre hemos querido; ganar tiempo, ahorrar tiempo, incluso vencer el paso de tiempo, pero:
¿Qué es que lo realmente significa ello?
Se dice: “puedes perder el dinero, puedes perder la belleza, puedes perder el amor, pero si has perdido el tiempo, lo has perdido todo”, pero que es lo que realmente se pierde, es cuantificable, valorizable, compensable.
Los avances tecnológicos han tenido como objetivo ahorrar tiempo y hacernos la vida más fácil y cosas cotidianas como: escribir una carta (comprar el papel, ponerla en un sobre, comprar una estampilla, mandarla por correo y esperar la respuesta) que podía demorar como mínimo una par de semanas ahora se hacen en un par de minutos, podríamos seguir enumerando muchas cosas en las que ahora “ahorramos tiempo”, los pañales desechables, antes se hacía un hervido y eran de tela, las fotografía antes se compraba un rollo, luego se mandaban revelar, se ponían en un álbum y uno se reunía para verlas, tomando un lonche con un café molido que se pasaba. Hoy ya no se pierde tiempo en ello.
Si ya no perdemos tiempo, entonces lo hemos ganado; pero ahora viene la pregunta que me animó a compartir este tema y destinarle algo de tiempo, si lo hemos ganado o lo hemos ahorrado ¿Dónde está?, donde está el tiempo ganado, ¿porque siempre sentimos que nos falta?
¿Porque vivimos a prisa?, el tiempo se nos pasa volando, nos estresamos porque no nos alcanza. No damos un abrazo de cumpleaños a nuestros amigos, es más ni siquiera revisamos la agenda para acornarnos, nos lo notifican para no “perder tiempo en la búsqueda”. Pero igual nos falta. Se nos está escapando el tiempo y el problema es que no sabemos dónde está yendo a parar, lo que sí debe quedar en claro es que no lo estamos utilizando en relacionarnos mejor, sabemos más del mundo y el mundo sabe más de nosotros y destinamos mucho tiempo a ello pero estamos perdiendo la posibilidad de conocernos en persona, de relacionarnos mirándonos a la cara, de saludarnos con un apretón de mano, de confundirnos en un abrazo.
El tiempo vale oro era una frase que se usaba hace más de 20 años cuando se ponía andar con joyas de oro por las calles, hoy los tiempos han cambiado, pero una entidad financiera lanzó la frase “el tiempo es dinero” y no es que le hayan bajado el valor, lo han llevado a la actualidad, quizá dentro de 20 años más diremos el tiempo te da crédito.
Pero por muy importante y valioso que sea el tiempo, destinemos algo de este, a nosotros mismos y a las personas que nos rodean, de seguro que luego nos daremos cuenta que será un tiempo bien invertido.